Los aranceles norteamericanos al cine dejan una pregunta importante en el aire: ¿cómo afectará esta bomba de humo al mercado cinematográfico de Cannes?

Durante el Festival de Cannes se desarrolla el Marché du Film, uno de los mercados de cine más importantes del mundo, y un momento clave para decenas de agentes de ventas de títulos tanto en selección oficial como de películas y proyectos en producción o ya finalizados.

Sin saber aún qué tipo de arancel se impondrá ni qué consecuencias económicas tendrá para los distribuidores y productores norteamericanos, la situación representa un importante dolor de cabeza para algunos. 


Si el arancel se aplica a cualquier tipo de producto internacional sin excepciones, esto podría afectar a las potenciales ventas de títulos clave de la selección oficial y paralelas. Por ejemplo, el año pasado, filmes como "La sustancia" o "Emilia Pérez," pese a sus repartos, no eran producciones norteamericanas, y fueron adquiridas por empresas de distribución que además son plataformas (MUBI y Netflix).


En un momento en que la producción audiovisual está tan descentralizada como hoy en día, este arancel resulta difícil de imaginar.


Con todo, ayer por la tarde, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se reunió con varios representantes del audiovisual español para debatir la situación y transmitir un mensaje de tranquilidad, asegurando que el Gobierno trabajará frente a cualquier potencial “ataque” a la producción española y europea.


Una paradoja e interesante consecuencia de esta conversación —y que comentaba el martes en El Cultural— es que coloca a la industria cinematográfica dentro de una regulación pública, algo hasta ahora muy poco (por no decir nada) común en EE.UU. Esto podría traer otras consecuencias, como acuerdos de coproducción o de adquisición con otros mercados.


Antes de esta parte, hay que entender que por lo general, los aranceles afectan a bienes tangibles, y el cine y el entretenimiento (y más ahora) es un bien intangible. Por esta razón, los arances en US obligarian a abrir la conversación de como definir las películas, series, y otros, y de ahí regular la estructura para poder situar un potencial arancel. Sin duda, esta conversación nunca ha pasado en la industria cinematográfica estadounidense y podría ser hasta positivo. O al menos interesante de ver. 


Finalmente, es importante indicar que el año que viene habrá elecciones en California, y este tema podría ser un elemento instrumentalizado para favorecer la imagen republicana en un estado que tradicionalmente ha sido demócrata, aunque también ha tenido momentos de liderazgo republicano.


Toca estar atentos y, sobre todo, entender que, de momento, no hay nada más que humo.

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