“Estrenar en cines está pasado de moda y es un modelo obsoleto”, afirmó Ted Sarandos, CEO de Netflix, pero seamos sinceros, su modelo de cine tampoco funciona
Según el ejecutivo del gigante del streaming, el deseo de los cineastas de hacer películas “para las salas de cine, para la experiencia colectiva” es “una idea anticuada”. Según él, para la mayoría de la población, ir al cine ya no es la experiencia que desean, sino que prefieren verla en casa. A esto, Sarandos añade que cree que la mayoría de la población no puede acceder a un multicine: “Si tienes la suerte de vivir en Manhattan y puedes caminar hasta un multicine para ver una película, eso es fantástico. La mayor parte del país no puede hacerlo.”
Pero esta charla en Nueva York omite un aspecto relevante para esta conversación: el modelo de “cine” de Netflix no el fuerte del gigante.
El consumo de cine en la plataforma representa menos de un tercio del total de visionados. Según datos de la consultora británica Digital i, el consumo cinematográfico en Netflix en territorio europeo está en declive, a diferencia de Amazon, que durante 2024 y lo que llevamos de 2025 ha ido ganando terreno en varios países, especialmente en España, Alemania, Reino Unido e Italia. En estos territorios, Amazon ha ido rascando cuota de mercado gracias a sus producciones cinematográficas, tanto vía MGM como a través de coproducciones locales.
Sarandos habla mucho del cine, pero Netflix podría seguir siendo poderosa solo con series. Innegablemente, sus estrategias en el terreno cinematográfico han afectado gravemente a la exhibición en salas, y seguramente, si no lo hubieran hecho ellos, lo habría hecho otro.
Sus apuestas por el cine de “prestigio”, como las recientes "Emilia Pérez" o "Maestro", generaron datos casi ridículos en comparación con otros productos. Aunque sí lograron grandes cifras con títulos como La sociedad de la nieve.
Sin duda, esta conversación está muy ligada a otras que hemos tenido antes, como la crisis que sufre el sector de multisalas —mucho más aguda en Estados Unidos— y la crisis de identidad que atraviesa Hollywood, marcada por el fin de la llamada “era Blockbuster” y el comienzo de la “era del algoritmo”.
Lo siento, no parecen ser los mejores tiempos para ser cinéfilo.
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